martes, 23 de noviembre de 2010

pdf y libros digitales

Hace unos días, después de un riquísimo arroz a banda, y mientras tomábamos un café surgió en la sobremesa la conversación acerca del boom de los Tablets y los e-readers. Poco a poco, la conversación fue derivando hacia el problema de los formatos, y aquí entró la duda que me ha estado rondando estos días y me ha hecho indagar un poco más en estos mundos. Si un .pdf se puede leer en casi cualquier e-reader que se precie, y un libro es simplemente para leer, ¿por qué lo de que haya otros formatos?

Bueno, pongámonos a contestar esto. Es cierto que el .pdf es muy versatil como documento, a la vez que estricto. Esto es, nos permite conservar la tipografía y la maquetación que hayamos hecho sin que pueda ser modificada (de ahí que sea la forma de hacer llegar todos los documentos a la imprenta), y nos permite, a la vez, realizar búsquedas concretas de palabras y marcar textos. Pero la «lectura digital» necesita un plus de plasticidad. Y ese punto a su favor lo conseguimos con el .epub, un formato abierto y que nos permite, por ejemplo, alterar el tamaño de tipografía sin perder calidad, o que la página se autoajuste a la pantalla del lector, cosas que no podríamos hacer con un .pdf, y nos hace algo más incómoda la lectura, dado que a veces las palabras pueden quedar cortadas, las páginas descuadradas etc.

Obviamente, .epub no es el único formato que existe para libro digital, pero sí el más usado al tratarse de un formato abierto, y más ahora que desde Google le han dado un fuerte empujón con sus nuevas aplicaciones en Google Books. Y aquí quiero señalar lo curioso que me resulta que Google, que, aparentemente, da este importante apoyo al .epub, nos sorpenda con que su primer libro digital editado (y escrito) 20 things i learned about browsers and web no sea legible en un e-reader de tinta electrónica, pero sí desde un Tablet o un Smartphone. Llamativo, aunque entendible desde el punto de vista de tratarse de un libro on-line, en el que, además, le han dado todas las facilidades y aplicaciones del mundo web 2.0, de modo que podemos compartir contenidos o fragmentos en Twitter, Facebook o Buzz, pero no deja de resultar curioso que cualquier fragmento (o la obra completa) sea descargable para su impresión, pero no en el formato .epub.

Cabe destacar que dentro del mercado del e-reader ya apenas quedan lectores que no admitan e-pub, pero que uno de ellos sea el Kindle, que lee de forma exclusiva su formato propietario, hace penas que quizá Amazon tenga que plantearse algunas cosas, pues, desde mi modesta opinión, creo que antes o después no les quedará más remedio que adapatarse o morir. Después de todo, los mecanismos de selección también influyen en los aparatos tecnológicos, y si no que le pregunten a Sony por su Minidisc (Sony, quienes, por cierto, han abandonado su formato propietario para pasarse al .epub).

No hay comentarios:

Publicar un comentario