miércoles, 23 de junio de 2010

ciencia y literatura

Desde la polifacética y más que interesante editorial Ediciones del Laberinto (http://www.edicioneslaberinto.es/), cuando les pasé el contacto de este blog que apenas estrenamos, me contestaron agradeciéndome que existiera un blog de ciencia y literatura, y, como todo en este mundo está conectado, me recordaron la columna de Carlo Frabetti en la que hablaba precisamente de literatura y ciencia: (http://blogs.publico.es/ciencias/general/270/literatura-y-ciencia/). En ella reflexiona sobre el aprendizaje de las ciencias, y sobre cómo una mala literatura científica puede lastrar ese aprendizaje.

Siguiendo la línea de Levi Strauss y el aprendizaje a través de «los pequeños mitos», Frabetti nos recuerda el uso del cuento y el relato como base en la educación de todas las sociedades. Esto me lleva a hacer una pequeña memoria de cuántos cuentos para niños conozco que puedan servir de introducción a la ciencia para los más pequeños... y de primeras, apenas recuerdo alguno, excepto la salvedad de los libros de divulgación matemática para niños de Ricardo Gómez (www.ricardogomez.com).

Incluso fuera de la ciencia ficción, no son demasiadas las obras literarias que abundan en el mundo matemático, aunque las hay, y muchas muy recomendables, como la desternillante Trífero de Ray Loriga (http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/3412/Trifero).

Parece que la ciencia y las letras siguen estando un poco más separadas de lo que nos gustaría, e, incluso, en el mundo de los libros, vemos que la ciencia se queda en esa parcela que le deja el ensayo (género del que hablaremos próximamente).

Como reflexión dejo una frase de Jorge Wagensberg de su libro de aforismos Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta? (http://www.tusquetseditores.com/titulos/fabula-si-la-naturaleza-es-la-respuesta-cual-era-la-pregunta-fabula):

La matemática me hacía pensar en física, la física en biología, la biología en filosofía y la filosofía en arte.

Como decía al principio, todo se puede relacionar, así que, ¿por qué no hacerlo, seguir el ejemplo de los antiguos griegos, y dejar de lado, al fin, la división ciencias-letras?

Nota: En Lengua de Trapo podéis encontrar la recopilación de la primera etapa de la columna el Juego de la Ciencia, de Carlo Frabetti (http://www.lenguadetrapo.com/libro.php?sec=DE&item=286).

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